Mario Pilonieta, vida en modernidad *

La arquitectura moderna en Colombia fue un periodo de excepcional producción espacial, que está enmarcado en gran medida entre las décadas de los 50’s a los 70’s y que se desarrolló en muchas ciudades colombianas gracias a las primeras generaciones de arquitectos de la Universidad Nacional, institución que tuvo en su plantel docente a inmigrantes europeos que habían estado en permanente contacto con la vanguardia de la modernidad. En la Nacional muchos arquitectos “de provincia” se formaron con grandes docentes como Bruno Violi, Leopoldo Rother, e incluso con el maestro colombo español Fernando Martínez Sanabria. Ese es el contexto histórico y de conocimiento en el que se forjó el arquitecto bumangués Mario Pilonieta González.

Mario es un arquitecto prolífico, un gran maestro. Su vida haciendo buena arquitectura representa un legado invaluable para la cultura local, pues ha diseñado gran parte de los mejores edificios que componen el paisaje urbano en Bucaramanga. Ejemplo de esto es el Aula Máxima de Ingeniería Mecánica en la UIS, que fue declarada Bien de Interés Cultural por el Gobierno Nacional y recientemente fue restaurada con gran calidad en un proceso que devolvió a la comunidad universitaria este gran patrimonio. De igual forma, de su creatividad surgieron los demás edificios “clásicos” de la UIS, así como los edificios de la Cámara de Comercio de Bucaramanga,  el de Vanguardia Liberal, la Clínica Carlos Ardila Lülle, el Colseguros, muchos edificios de vivienda emblemáticos como el Santa Lucía, las Torres de San Pío, el edificio Leo, y el San Felipe, por citar algunas cuantas de sus más de quinientas edificaciones. A él le debemos que existan el lago de la UIS y la Concha Acústica del Parque de Mejoras Públicas (cuando era abierto, cuando era parque). En el campus de la Universidad Santo Tomás fue el diseñador de los  edificios Fray Angélico y Santander, uno de los cuales alberga a la Facultad de Arquitectura, en la que Mario es docente desde su fundación hace más de cuarenta años.

En Mario ha confluido el talento y el ánimo de mejorar cada día. Recientemente me dijo: “la arquitectura es amplia. Siempre se puede hacer algo nuevo. Cada vez que me propuse un nuevo trabajo me decía, ¿qué puedo hacer nuevo, distinto, que sea mejor que mi obra anterior?”. Creo que en parte eso resume la obra de Mario, una creación en búsqueda de edificios que no sólo han sabido perdurar con encanto, sino que han interpretado bien las necesidades de los usuarios hacia respuestas nuevas y creativas.

En Mario muchos arquitectos encontramos los gestos de sabiduría que representa querer unir la teoría a la práctica, algo tan escaso como necesario para el ejercicio del oficio arquitectónico hoy en día.


Alejandro Ordóñez Ortiz

28 de Agosto de 2019

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* Artículo publicado originalmente para el espacio de opinión de la Fundación Participar en el Diario El Frente

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